Novedad editorial de ochodoscuatroediciones
Un edificio inmenso en medio de ninguna parte, grandes muros de
hormigón, alambre de espino. Individuos privados de su libertad, las
horas contadas, la comida insípida, pequeños compartimentos en los que
apenas pueden moverse. Individuos que sufren, que quieren escapar, que
escapan y se rebelan. Gente que dedica su tiempo y su energía a luchar
contra la injusticia que se oculta detrás de esos muros. Gente que
dedica su vida a mantener esos muros, a privar a otras de su libertad,
gente que se hace rica a su costa. Y una sociedad que mira hacia otro
lado, que lo legitima, que se beneficia, que voluntaria o
involuntariamente participa en su engranaje.
Podríamos estar hablando de cualquier cárcel. Podríamos estar
hablando de cualquier centro de explotación animal. Ni estos lugares son
tan diferentes entre sí, ni robarle la libertad a individuos humanos es
tan diferente de robársela a individuos de otras especies. Las
vivencias de unos y otros son muy parecidas; los valores que perpetúan
su opresión y su encierro son los mismos.
Y una jaula, siempre es una jaula
- 13×19 cm
- 176 páginas.
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